Alejandro Jodorowsky nos propone una lectura del Tarot que debe provocar la constante ampliación de nuestra conciencia, ¿cómo?, leyendo los símbolos de las cartas de una manera proyectiva para encontrar mensajes que nos ayuden a entender un poco más de la realidad, incluyendo la del inconsciente.
El artista chileno (Tocopilla, 7 de febrero de 1929) entiende que este juego puede ser benéfico o maligno, dependiendo de la educación y el espíritu que anime a quien lo manipula, pues le inyectará mensajes venenosos o positivos.
“El Tarot puede ser un elemento nefasto en manos de un lector perverso o bien un maestro sublime. Es un espejo de nuestra verdad subjetiva pero no la verdad absoluta”, nos dice.
Afirma: “el Tarot puede servir tanto para explorar cuestiones concretas como para explorar las profundidades del alma, como para disolver problemas psicológicos…”.
Y, dentro de esto, ¿cuál es la finalidad del lector del Tarot? “Se puede considerar que nuestra función como tarólogos consiste en traducir un mensaje procedente del inconsciente de la persona, y hacérselo entender de un modo que ésta pueda captar en su vida cotidiana y aplicar a sus preocupaciones más vitales”.
Pero al tiempo advierte: “El Tarot no cura, sirve para detectar la llamada enfermedad. Una vez logrado esto, es tarea de un psicoanalista, un psiquiatra o un psicomago continuar el trabajo”. En otras palabras, el Tarot puede servirnos a manera de espejo, nos ayuda a descubrirnos.
Pero, ¿qué Tarot consultar? El autor de La danza de la realidad recomienda el de Marsella, desde que, cuenta, el poeta del surrealismo André Breton le ilustrara: “El único Tarot que vale es el de Marsella, los otros son imitaciones torpes y vanidosas”.
Para entonces, Alejandro ya tenía una larga relación con los 22 arcanos mayores que integran el mazo de un total de 78 cartas, incluyendo los arcanos menores.
En los viajes que hizo como mimo en la compañía del artista Marcel Marceu, quien luego sería también cineasta de culto, había acumulado, refiere, más de mil mazos de naipes distintos, los cuales arrojó al cesto de la basura cuando recibió el citado comentario de Bretón.
Tiempo después, Jodorowsky colaboraría incluso con Philippe Camoin en la restauración del Tarot de Marsella, para regresarle elementos (detalles, colores, símbolos) que se habían ido perdiendo. Philippe es descendiente de una familia que fue propietaria de una fábrica de cartas de juego. La casa Camoin fue fundada en 1760 en Marsella por Nicolás Conver.
Ambos, Jodorowsky y Camoin, son hoy maestros reconocidos, y de la mano de ellos es recomendable la iniciación en este juego que es a la vez revelación.
Fuente:https://culturacolectiva.com/estilo-de-vida/el-tarot-segun-alejandro-jodorowsky